Este puente tomó su nombre propio en 1273 por el mandato del rey Alfonso X El Sabio, ya que estaba en el Concejo de la Mesta (sociedad de ganaderos y pastores que defienden sus negocios, y con ello la explotación y mercado que generaba beneficios a la corona).
Este puente sirvió como paso de ganado, es decir, una vía pecuaria para desplazar los rebaños por España. Era sobre todo la puerta principal del ganado a las tierras, a los pastos de invierno extremeños huyendo de los inviernos duros de Castilla y León.
Es por tanto, una joya arquitectónica de la Siberia que aflora con la sequía, con la bajada del nivel del agua.